sábado, 7 de agosto de 2010


No te entiendo, pero menos me entiendo a mi. A veces en medio de una situación X me pregunto que es lo que estoy haciendo, y por que. Me siento tan fuera de lugar, que ya deje de pertenecer a acá. Camino con la mirada perdida, pensando siempre en el rompecabezas que nunca pude armar. Ya no se mas que hacer, intentos fallidos de resolver ese problema que ronda por acá. Las mismas preguntas arrugadas de lo viejas que son, continúan resonando en mi mente, no pierden el valor. Estoy perdida, tropiezo sin razones, me derrumbo, me destruyo, me vuelvo a armar. No te entiendo, pero menos me entiendo a mi. Y eso es ahora en lo que mas pienso. ¿Quién soy? ¿Quién fuí? ¿Cómo me ven?. Patetica costumbre de querer hacer cosas que no serán recordadas por la gente, pero sí por mi cuando sea mayor. Ese afán de tener siempre una nueva anécdota, está caducando. Ganas de que se termine la dependencia, la dependencia debilita, la dependencia enferma. ¿Por qué te hablo si no te quiero hablar? ¿Será que quiero hacerlo? Perjudicial para mi salud, explicame de que marca sos así intento sacarte del mercado. No te entiendo, pero menos me entiendo a mi. Hago cosas sabiendo que despues me voy a arrepentir. Quiero de veras algo y no lo tengo. Te veo volver y sonrio inevitablemente de felicidad, pero te evado. No soporto que golpeen mi orgullo, que lo tiren abajo, pero tampoco hago algo para levantarlo. No te entiendo, pero menos me entiendo a mi. Creeme, mucho menos me entiendo a mi.

No hay comentarios:

Publicar un comentario