Llega un momento que quien ama menos se cansa y quiere buscar nuevos amaneceres. Puede quedarse igual un tiempo, pero a la corta o a la larga sigue por el camino de la infidelidad o por la ruta del ‘te dejo’ y todos sus infinitos derivados que simplificados serian: me canse, no quiero compromisos, te cambio por otra, etc. Acompañados de las frases ‘no sos vos, soy yo’ ‘perdoname por favor’ ‘tengo que hacerlo’ ‘te mereces algo mejor’. Y ahí el que ama mas, sufre. Sufre aunque ya se lo esperaba porque desde que la relación empieza, sabe (inconscientemente) como viene la mano y que el día que se rompa la pareja no va a ser por su culpa ni por su decisión. Sufre por dentro muchas veces sin demostrarlo por fuera, sufre escondido, un poco avergonzado. Sufre por haber amado más, se siente estúpido, vulnerable, se siente que lo dominó una obsesión hacia su expareja. Hasta que abre los ojos para darse cuenta no hay que sufrir por eso, se debe estar orgulloso ya que amar no es fácil y el que ama más: sabe amar. El que ama más, tuvo, tiene y tendrá mas valor siempre.



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