Extrañar al extremo es un modo mas que tiene la vida para descartar personas, como sabemos, las mismas van y vienen. Es dificil conservar familiares, mucho mas dificil conservar amigos y ni hablar de amores.
Cuando los vemos irse sentimos que se llevan alguna parte nuestra, como una caja llena de momentos, se nos parte el alma y no existen risas en nuestra boca para romper con la tristeza. Cuando no los vemos irse, y se van de a poco, en puntas de pie, callados y sin hacer ruido alguno, es peor, porque a la larga notamos su ausencia y los extrañamos.
Lo malo de extrañar es el extremo. Cuando se extraña demasiado a alguien, cuando ya no quedan medios para evitar desear la presencia aunque sea por un segundo, de esa persona. Porque en el momento que pasa eso, las personas tendemos a (inconscientemente) desechar, eliminar o suprimir al individuo que extrañamos, intentar reemplazarlo, encontrar a alguien que cumpla la misma funcion que cumplía el que se fue y no volvió, que se cerró la puerta y nunca mas la abrio, o por orgullo la cerramos nosotros con llave.
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